lunes, 28 de febrero de 2011

Quiero tener un millon "Me gusta"

Yo quiero tener un millón de ROIs... O, al menos, intentarlo



Insisto...


Y de insistente que es uno, ya empiezo a preocuparme por mi personal falta de originalidad.

Pero, las cosas son como son, y hay que tratar de focalizarlas correctamente. La comunicación 2.0 parece estancada en un ensimismamiento circular, en el que los planteamientos se han convertido en un 'permanente mirarse el ombligo'.

Estoy de vuelta de un Congreso de Social Media, en el que la afluencia de respetable ha sido muy significativa. Mucha gente, mucho interés, espectativas amplias y, como resultado... más de lo mismo.

Ponencias que redundan en planteamientos basados en la constante repetición de lo obvio, en ¿educativas? referencias al uso de herramientas básicas, en una manifiesta superficialidad a la hora de abordar aspectos esenciales para quienes 'queremos aprender algo más que conocer qué hay muchas redes sociales, y/o que podemos medir la relevancia con herramientas gratuitas o de pago'... Sin olvidar tampoco a los ponentes que se excusan por hablar de su libro, cuando en realidad es de lo único que quieren hablar... En fin.

La conclusión es que los que tratamos de vivir y convivir en el mundo de lo 2.0, parece que nos estamos volviendo circulares, totalmente endogámicos.

Hay que cambiar el chip. Y, por suerte, algunos ya lo están viendo y actúan en consecuencia.

Así que volveré a ser insistente y redundaré en un planteamiento sobre el que ya he hablado, y del que poco se escucha cuando salimos a ver qué nos cuentan los que más saben de esto.

La comunicación es emoción y no tanto aplicación. Y sin ella, lo 2.0 va camino de convertirse en un menú de aplicaciones destinadas a inflar el ego de más de uno, y a saturar de mensajes planos a la mayoría.

La comunicación tiene que ser pasión. Y, con ella, nuestros time lines, nuestros muros, blogs, páginas web, etc., se transformarán en un espacio de personas dirigido a personas. No es posible hablar de diálogo y reducirlo a un uso metodológico de herramientas preprogramadas. No es admisible que quienes más saben de esto, se cierren en banda y escondan -por egoísmo o por puro desconocimiento- el verdadero potencial del nuevo modelo de comunicación, y que está más allá de cuantificar y cualificar el retorno de la inversión.

La comunicación debe ser única, exclusiva, personalizada. Un hecho que obliga a superar los estereotipos estratégicos, que lo único que hacen es convertirnos en comunicadores 'en serie'.

Lo social media tiene que ser otra cosa...

Porque la verdadera transformación del modelo de comunicación debe llegar a través de un diálogo verdero con el público, en el que la venta no debe reducirse a una mera transacción comercial.

Insisto. No me digas que te compre... Dime lo que sientes.

Hablamos de humanizar, de relacionar, de interactuar... y eso sólo se consigue rompiendo la barrera de lo planificado y de lo estandarizado.

La comunicación tiene que ser capaz de trascender al plano de lo real. Es el momento de reconsiderar el papel de lo 2.0 como faro que ilumina el futuro, y reconvertirlo en una oportunidad de presente, que va más allá de lo puramente digital, de lo plasmable en un excel, convirtiéndolo en un hecho permeable y accesible en la capa tangible de la vida off line.

Es el momento de hacer visible a la sociedad algo que lleva demasiado tiempo emergiendo, y que no termina de aflorar, probablemente por el carácter endogámico que le estamos dando: la comunicación es comunicación, independientemente del medio. No hay dos planos de relación. Todos son el mismo.

Y de ahí, la campaña de hoy. Una campaña que traduce ese concepto de retorno de la inversión, de utilización inteligente de las herramientas de comunicación, trasladando el sentimiento más íntimo de relación a una forma de expresión inteligible y empática, mostrando el valor diferencial de los sentimientos de forma explícita.

Un millón de abrazos que simbolizan el agradecimiento personalizado de una marca que ha sabido entender la complicidad, la conversación, la fidelidad, la cercanía...

Un millón de agradecimientos que son el mejor exponente de lo que debe significar el retorno de la inversión para una marca bien naccida.

Está claro que algo debe cambiar en el modelo para seguir avanzando... Y ese cambio tiene que venir directamente desde el corazón... No tanto desde la razón.

Al menos, eso es lo que yo creo. Al menos, eso es lo que quiero creer.


Publicado por Juan Boronat
En lasblogenpunto.blogspot.com

1 comentario:

  1. Estoy totalmente de acuerdo con este articulo , ya que la automatización no puede ni debe suprimir la pasión de las personas ni lo que ellas sienten para adecuar la marca a sus sentimientos.....

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Gracias por tu opinion......